¿Existen diferentes tipos de maltrato en la pareja? La tipología de Johnson (2008)

¿Por qué es importante esta obra?

El establecimiento de clasificaciones entre distintos tipos de varones agresores dentro de la pareja heterosexual es un tópico que, a pesar de haber recibido mucha atención en la literatura, sigue suscitando polémica a día de hoy. Por una parte, los y las profesionales que trabajan desde una óptica más contextualista han apuntado que la creación de categorías puede desviar la atención desde los aspectos macrosistémicos del problema (como género y cultura) a cuestiones intrapsicológicas; pero, por otro lado, son muchas las voces que han apuntado a la existencia de diferentes grupos (tipos, perfiles…) de agresor a través de una literatura abundante, con su auge localizado a mediados de los 90 (Boyle y Vivian, 1996; Hamberger et al., 1996; Holtzworth-Munroe y Stuart, 1994; Saunders, 1992, por citar algunos ejemplos) y que continúa creciendo a día de hoy.

Citas Holtzworth-Munroe y Stuart, 1994

Citas para Holtzworth-Munroe y Stuart (1994) en Scopus (novimebre 2013)

Este debate tiene gran trascendencia en la vertiente práctica ya que, por citar un ejemplo, determina la necesidad o no de establecer un sólo programa de intervención o todo un abanico para dar respuesta a diferentes necesidades. Antes de decidir qué hacer se hace obligatorio decidir con quién estamos trabajando, y esto lo convierte en una pregunta ineludible para cualquier técnico del área.

Aportación de Johnson (2008) en A typology of domestic violence: intimate terrorism, violent resistance, and situational couple violence

El libro publicado por Johnson en 2008 es un desarrollo más amplio de una propuesta publicada anteriormente (Johnson y Ferraro, 2000). En ella, los autores realizan una revisión de la literatura en un intento por obtener nuevos conceptos que permitieran explicar las inconsistencias encontradas en torno a la direccionalidad de la violencia en parejas heterosexuales (el denominado debate de la simetría de género, fuertemente desarrollado a raíz del meta-análisis de Archer, 2000)

Johnson 2008

Consulta el manual de Johnson (2008) en la BUS

Esta revisión ofrece una novedad cualitativa con el trabajo anteriormente descrito: en lugar de ofrecer una clasificación de agresores, se centra en establecer distintos tipos de relación. En el Apéndice A del libro, Johnson resume las principales diferencias entre cuatro tipos de situación:

La tarea de identificar diferentes tipos de violencia entre compañeros íntimos parece inicialmente sencilla. Se empieza determinando si un individuo es violento, luego se comprueba si esta violencia se acompaña de un patrón de general de control coercitivo, y pones toda esta información en relación con a de su pareja. Si el individuo es violento y controlador, pero su pareja no lo es, estás ante un terrorista íntimo (/intimate terrorist). Si su pareja también es violenta y controladora, entonces estás ante uno de los raros casos de control violento mutuo (/mutual violent control). Si el individuo es violento pero no controlador, entonces debes evaluar la conducta de su compañero/a para determinar si estás tratando con resistencia violenta (/violent resistance) o violencia circunstancial (/situational couple violence). Si su pareja es un/a terrorista íntimo/a, existirá resistencia violenta. En caso contrario, estás ante violencia circunstancial. Es simple. Lo difícil es establecer quién ejerce control y quién no. [Johnson, 2008: 87. Traducción propia]

La tesis de Johnson es que el terrorismo íntimo, concepto cercano a lo que en España solemos clasificar como “violencia de género” dentro de la pareja, es ejercido en su práctica totalidad por varones; en estos casos, al aplicar cuestionarios de evaluación conductual, podemos llegar a confundir la resistencia violencia (uso de la fuerza para detener las agresiones sufridas) con agresión ejercida libremente. Por otra parte, la violencia situacional, determinada por episodios esporádicos de abuso, tiende a ser ejercida de manera similar por varones y mujeres.

Esta distinción permitiría diferenciar entre la violencia como acto y la violencia como ciclo, a la vez que aporta un nuevo nivel de análisis al debate de si varones y mujeres ejercen la violencia de manera simétrica o asimétrica. Sencillamente, podríamos estar ante diferentes problemas de salud diferentes, con implicaciones diferentes, y que deben ser atendidos de manera diferente. Siguiendo el hilo lógico que subyace a esta aportación, gran parte de la literatura actual estaría confundiendo distintos patrones de violencia, prolongando algunas de las inconsistencias descritas hace décadas en la literatura científica.

¿Soluciona esto el debate de la simetría de género?

Parece improbable que esta obra zanje las disensiones registradas en el área. De hecho, desde su aparición en el 2000, la propuesta de Johnson y Ferraro ha acumulado tanto apoyos como críticas, habiendo sido citado más de 350 ocasiones hasta la fecha según Scopus (esto es, unas 30 referencias anuales desde su aparición). En otras palabras, el debate sigue vivo y será necesario seguir su desarrollo (y realizar aportaciones, siempre que sea posible).

Referencias

Archer, J. (2000). Sex differences in aggression between heterosexual partners. A meta-analytic review. Psychological Bulletin, 5, 651-680.

Boyle, D.J. y Vivian, D. (1996). Generalized versus spouse-specific anger/hostility and men’s violence against intimates. Violence and Victims, 11, 293-317.

Hamberger, L.K., Lohr, J.M., Bonge, D. y Tollin, D.F. (1996). A large empirical typology of male spouse abusers and its relationship to dimensions of abuse. Violence and Victims, 11, 277-292.

Holtzworth-Munroe, A. y Stuart, G.L. (1994). Typologies of males batterers: three subtypes and the differences among them. Psychological Bulletin, 116, 476-497.

Johnson, M.P. y Ferraro, K.J. (2000). Research on domestic violence in the 1990s: making distinctions. Journal of Marriage and the Family, 62, 948-963.

Saunders, D.G. (1992). A typology of men who batter: three types derived from cluster analysis. American Journal of Orthopsychoatry, 62, 262-275.

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