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Arqueología de Ciudades Romanas de la Bética. El Uso de los Marmora en los Procesos de Monumentalización Urbana

Equipo

Investigadores participantes:

-Prof. Dr. José Beltrán Fortes (Univ. de Sevilla), investigador principal.
-Prof. Fernando Amores Carredano (Univ. de Sevilla).
-Prof. José Luis Escacena Carrasco (Univ. de Sevilla).
-Profra. Oliva Rodríguez Gutiérrez (Univ. de Sevilla).
-Prof. Bartolomé Mora Serrano (Univ. de Málaga).
-Profra. Pilar Corrales Aguilar (Univ. de Málaga).
-Prof. Juan Aurelio Pérez Macías (Univ. de Huelva).
-Prof. Simon Keay (Univ. de Southampton, Inglaterra).
-Dra. María Luisa Loza Azuaga (Consejería de Cultura).
-D. José Manuel Rodríguez Hidalgo (Consejería de Cultura).
-Dr. Jesús Salas Álvarez (Grupo Investigación HUM 402).
-Prof. Thomas Schattner (Instituto Arqueológico Alemán de Madrid).

Investigadores vinculados:

-Profra. Isabel Rodá de Llanza (Univ. Autónoma de Barcelona).
-Prof. Patrizio Pensabene (Univ. La Sapienza di Roma).
-Dra. Matilde Di Nuccio (Soprintendenza Archeologica del Comune di Roma).

Otros colaboradores de investigación:

-D. Daniel Gonzalez Acuña. Licenciado Historia Univ. Sevilla
-Dña. Rocio Izquierdo de Montes. Licenciada Historia Univ. Sevilla
-D. Jacobo Vázquez Paz. Licenciado Historia Univ. Sevilla

Planteamiento y objetivos del proyecto:

La presencia de Roma en los territorios hispanos producen importantes transformaciones en las ciudades, en cuanto que constituyen los escenarios más apropiados para los nuevos modos de vida ciudadanos. Especialmente en los ámbitos públicos (como foros, santuarios, edificios de espectáculos, infraestructuras…) nuevos materiales pétreos (marmora, incluyendo mármoles y otros tipos de piedras ornamentales y constructivas) y nuevas técnicas de elaboración suponen la base para la conformación de nuevos modelos urbanos, siguiendo esquemas en los que tienen una presencia determinante tanto mármoles locales como de importación, que responden a complejas estructuras de explotación, elaboración, comercialización y uso de tales marmora, sustituyendo los anteriores esquemas de momentos protohistóricos en el sur peninsular.

Circunscribimos nuestro estudio arqueológico a los ámbitos determinantes de la arquitectura, la escultura y los soportes epigráficos, que cumplen un importante papel en la ciudad antigua. Desde el punto de vista territorial lo concretamos en un amplio sector de los sectores occidental y meridional de la Bética romana, con yacimientos arqueológicos de ciudades antiguas de alto valor representativo en función de la documentación ya existente. Con base en una metodología variada y complementaria (estudios tipológicos de materiales elaborados, caracterización de procedencia mediante análisis petrográficos, análisis de centros de explotación locales) el proyecto plantea como objetivos principales el estudio arqueológico del proceso de la “marmorización” urbana de época romana y, a partir de éste, el del propio proceso de monumentalización urbana y conformación del esquema de la ciudad romana surpeninsular en este sector de la Bética.

La finalidad del proyecto es, pues, llevar a cabo un estudio del proceso histórico de desarrollo de la ciudad hispanorromana en los sectores occidental y meridional de la Bética a partir del análisis arqueológico de la arquitectura, escultura y soportes epigráficos desde el punto del vista del material pétreo en que están elaborados. Preferimos utilizar el término marmora, que incluye además del mármol otros tipos de piedras como las calizas, alabastros, granitos, pórfidos, etc., ya que en el mundo romano todas esas otras variedades pétreas tuvieron similar consideración y uso -según su calidad-. Asimismo otra de las finalidades es consolidar una línea de investigación arqueológica novedosa en el marco del equipo de investigación en la Universidad de Sevilla, como es el estudio y análisis de los materiales pétreos, considerados como base del desarrollo urbano en época romana y su imbricación en las bases económicas de la sociedad urbana mediante la que Roma estructura y controla el territorio.

Se ha concretado el área de aplicación del estudio a un territorio de la antigua Bética, en las actuales provincias andaluzas de Sevilla, Huelva, Cádiz y Málaga, y dentro de éste se priman una serie de yacimientos de ciudades antiguas (Italica, Hispalis, Carmo, Munigua, Celti, Ilipula, Turobriga, Conobaria, Carissa, Malaca) que -por haberse desarrollado en ellos actividades arqueológicas previas por parte de miembros del equipo del proyecto- ofrecen una mayor disponibilidad de materiales. Por otro lado, el conjunto de tales yacimientos son de un enorme significado en la Arqueología de la Bética, responden a problemáticas históricas diversas pero complementarias y por tanto ofrecerán en sus resultados la representatividad exigible.

Básicamente se trata de unos conocimientos de tipo histórico-arqueológico, aunque asimismo en algún caso pueden servir a efectos de aspectos de restauración y conservación, ya que analiza básicamente el componente material de los elementos arqueológicos, conservados en museos o in situ en yacimientos arqueológicos.
De forma complementaria -y por exigencia de la metodología a aplicar- incluimos el estudio arqueológico y topográfico (en su caso) de algunas canteras locales, para documentar las variedades potencialmente usadas en época antigua, algunas de importante uso regional (sobre todo las de Almadén de la Plata y Mijas) y otras de uso más restringido (Peñaflor, Aroche, Munigua).

Los antecedentes de este tipo de estudio con base en el origen de los materiales de elaboración de elementos arquitectónicos, escultóricos y epigráficos remontan a los propios momentos de origen de la disciplina arqueológica, ya que se comprendía que a partir de ese reconocimiento e interpretación se podían establecer conclusiones que afectaban al ámbito de la explotación (canteras), elaboración (talleres) y comercialización de los productos. Siguiendo una rica tradición anticuaria la identificación de materiales se llevaba a cabo originalmente mediante reconocimiento ex visu, mediante la elaboración de lapidarios, a la vez que una segunda línea de estudio la constituye el estudio arqueológico de las canteras. Hito fundamental fue la creación en Roma en 1965, un “Comité para el Estudio del Mármol y Otras Piedras Afines en la Antigüedad” (sobre todo ha sido impulsado por la labor del inglés J. B. Ward Perkins), que inició la aplicación de los análisis químicos y petrológicos para la identificación de los marmora antiguos, en una fructífera línea que se ha continuado hasta nuestros días, ampliándola sobre todo con análisis de caracterización isotópica. Para tales cuestiones es básico P. PENSABENE, ed., Marmi antichi, I. Problemi di impiego, di restauro e di identificazione, Roma, 1985. Más recientemente cabe hacer mención especial de la “Asociación Internacional para el Estudio del Mármol y de Otras Piedras en la Antigüedad” (ASMOSIA), que ha sucedido al Comité anteriormente citado desde 1988 y que ha promovido diversos Congresos Internacionales sobre importantes aspectos del estudio de los marmora en la antigüedad. Aunque centrado en los mármoles de color es asimismo importante a nivel general la reciente recopilación de M. DE NUCCIO, L. UNGARO, eds., I marmi colorati della Roma imperiale, Roma, 2002, que sigue la ya clásica de R. GNOLI, Marmora Romana, Roma, 1971 y 19882.

En el segundo apartado de investigación debemos destacar el desarrollo de los estudios topográficos y arqueológicos de las canteras, que se han desarrollado bastante durante los últimos decenios, tanto con recopilaciones y estudios generales, en los que se incluía la referencia a las técnicas de explotación o transporte, cuanto con análisis arqueológicos de canteras concretas. Podemos mencionar, p.e., por su carácter general, D. MONNA, P. PENSABENE, Marmo dell’Asia Minore, Roma, 1977 ; A. DWORAKOWSKA, Quarries in Roman Provinces, Varsovia, 1983; R. BEDON, Les carrieres et les carriers de la Gaule Romaine, Paris, 1984; J.-C. BESSAC, L’outillage traditionnel du tailleur de pierre de l’Antiquité à nos jours, Paris, 1987, y, asimismo, P. PENSABENE, ed., Marmi antichi, II. Cave e tecnica di lavorazione, provenienze e distribuzione, Roma, 1998. Destacados equipos existen actualmente en diversos países europeos, entre los que podemos citar, p.e, los de Bessac en Francia o Waelkens en Bélgica, aunque sobresalen los trabajos coordinados por el profesor P. Pensabene (Univ. La Sapienza, Roma), con abundantes proyectos y publicaciones que ocupan todos los apartados posibles en este campo de investigación.
En España la situación no ha sido comparable y sólo en los últimos decenios se ha desarrollado como importante línea de investigación arqueológica, pero no desarrollada de forma sistemática. De la década de los setenta sólo podemos destacar algunos artículos generales sobre los mármoles hispanorromanos o específicos sobre materiales pétreos de yacimientos concretos o de canteras concretas (A. M. CANTO, “Avances sobre la explotación del mármol en la España Romana”, AEspA, 50-51, 1977-1978, pp. 165-189; W. GRÜNHAGEN, “Farbiger Marmor aus Munigua”, MM, 19, 1978, pp. 290-306; A. TAVARES, “Matériaux de construction et de décoration”, Fouilles de Conimbriga. 1. L’architecture, Paris, 1977, pp. 271-277. El uso de piedras no marmóreas en la Bética fue analizado por A. JIMÉNEZ, “Esquema de las obras de cantería de la Bética”, Actas del XIV CNA, Zaragoza, 1977, pp. 1155ss.). De aquellos momentos cabe destacar un planteamiento de mayor significación e importancia para el tema que nos ocupa como fue la creación en la Universidad Autónoma de Barcelona del “LABORATORIO PARA EL ESTUDIO DE LOS MATERIALES LAPÍDEOS ANTIGUOS” (LEMLA), bajo la responsabilidad de A. Álvarez, I. Rodá y M. Mayer, quienes desde los inicios de los 80 hasta la actualidad han nutrido de forma significativa los estudios españoles sobre los marmora romanos desde diversos enfoques y con la aplicación de análisis petrográficos y, posteriormente, isotópicos (A. ÁLVAREZ PÉREZ, M. MAYER OLIVÉ, I. RODÁ DE LLANZA, “La aplicación del método de isótopos estables a mármoles explotados en época romana en la mitad sur de la Península Ibérica”, AEspA, 71, 1998, pp. 103-112). En esta década de los ochenta podemos citar el estudio de F. Braemer sobre algunos mármoles hispanos (Macael, Almadén y Alconera) (F. BRAEMER, “Répertoire des gisements de pierres ayant exporté leur production à l’époque romaine”, Les ressources minérales et l’histoire de leur exploitation, Paris, 1986, pp. 287-328), así como los de S. Ramallo y R. Arana sobre las canteras de Cartagena. De mayor trascendencia fue la puesta en marcha, desde el Departamento de Arqueología del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales del entonces Ministerio de Cultura de un “Plan Nacional de Identificación de Materiales Pétreos de Época Romana”, que llevaron a cabo durante varios años la documentación de las principales explotaciones peninsulares de época romana y el análisis petrográfico de diversos elementos arqueológicos, como se daba a conocer en un estudio de P. Lapuente, M. Cisneros y M. Ortiga de 1988 (P. LAPUENTE, M. CISNEROS, M. ORTIGA, “Contribución a la identificación de mármoles españoles empleados en la Antigüedad. Estudio histórico y petrológico”, NAH, 30, 1988, pp. 257-274) y, en el mismo año, con una monografía de M. Cisneros, que ha sido el principal intento de estudio de conjunto sobre el tema que se ha realizado hasta ahora en España (M. CISNEROS CUNCHILLOS, Mármoles hispanos: Su empleo en la España Romana, Monografías Arqueológicas 29, Zaragoza, 1988).

Podemos concluir, pues, que tras la interrupción a fines de los 80 del proyecto puesto en marcha desde el entonces Ministerio de Cultura, que sólo funcionó brevemente en aquel decenio, el único equipo español que ha mantenido una importante actividad en el campo del estudio de los marmora hispanos es el dirigido por la profesora Isabel Rodá en la Universidad Autónoma de Barcelona y vinculado al LEMLA, que actualmente se ha integrado en el ICAC (Instituto Catalán de Arqueología Clásica). En el ámbito andaluz cabe destacar tres equipos fundamentales para el estudio arqueológico en esta misma línea de considerar como determinante asimismo el origen de los materiales en que aparecen realizados los materiales arqueológicos: así, el equipo de P. Rodríguez Oliva, en la Universidad de Málaga, dedicado tanto a los aspectos de monumentalización urbana cuanto del estudio escultórico. En ese panorama es digno de resaltar -desde la perspectiva del equipo de trabajo que ahora se pretende poner en funcionamiento- que la dedicación de algunos de los miembros del equipo al estudio de los marmora hispanos (en concreto los mármoles malagueños de Mijas) remonta asimismo a los años ochenta, en concreto de M. L. Loza y J. Beltrán; asimismo J. M. Rodríguez Hidalgo y S. Keay (1999) han empleado ese análisis en los estudios arqueológicos sobre la ampliación adrianea de Itálica.

A fines de época republicana-inicios del Imperio la ciudad hispanorromana sufre importantes cambios en su fisonomía, que afecta especialmente a los ambientes públicos, como los foros y sus edificios componentes, los santuarios urbanos, los edificios de espectáculos o los edificios termales. En ellos cumplen una función básica el empleo de materiales pétreos, especialmente marmóreos, que siguen los modelos planteados en Roma, especialmente a partir de Augusto. Como es sabido, entonces aparece una panoplia de marmora de primera línea que, procedentes especialmente de canteras del Mediterráneo oriental (junto a los de Luni o los de Chemtou, p.e.), se constituyen como canónicos en los programas de monumentalización urbana, especialmente en los ámbitos de la arquitectura, escultura y epigrafía (soportes pétreos). En efecto, en los ámbitos provinciales asimismo se desarrolló un proceso similar, aunque en estos casos el empleo de los marmora de importación de primera línea se acompañó de forma más amplia por marmora de origen local o regional, que entonces se ponen en explotación, desarrollándose nuevas técnicas de elaboración y circuitos de comercialización para su uso en las ciudades provinciales.

El reconocimiento del origen exacto de los materiales pétreos en los que fueron realizados los elementos arquitectónicos, escultóricos y epigráficos -en función de la metodología que se indica en el apartado correspondiente-, así como su datación -bien por contextos arqueológicos o por criterios tipológicos- servirá para el estudio de cómo y en qué fases se produjo ese proceso de monumentalización urbana de la ciudad romana en el sur hispano. Los yacimientos arqueológicos seleccionados lo han sido por su importancia intrínseca y representatividad para el estudio de ese proceso, cuanto por la documentación arqueológica que de ellos contamos actualmente.

En resumen, podemos destacar los siguientes objetivos:

1. Estudio arqueológico sobre el uso de los materiales pétreos en los procesos de transformación urbana de ciudades romanas del sur hispano, destacando los procesos de pervivencia, adaptación y cambios con respecto a los esquemas protohistóricos y el desarrollo bajo modelos plenamente romanos.

2. Estudio de la incidencia de los marmora en los programas ornamentales de tipo arquitectónico, escultórico y de soportes epigráficos en los contextos urbanos del sur peninsular en el proceso de monumentalización que caracteriza la ciudad hispanorromana en momentos tardorrepublicanos y altoimperiales.

3. Estudio de la relación materiales pétreos locales / de importación (regional, peninsular o extrahispana) en los ambientes citados y los circuitos de elaboración y comercialización que se pueden establecer.

4. Estudio arqueológico de las canteras de Almadén de la Plata, Peñaflor, Mijas y Aroche (mármoles) y de Munigua (granito y caliza), con propuestas de conservación/ restauración patrimonial, en su caso.

5. Estudio arqueológico de las canteras de Almadén de la Plata, Peñaflor, Mijas y Aroche (mármoles) y de granito y caliza del entorno de Munigua, con propuestas -hasta el momento inexistentes- de conservación patrimonial y puesta en valor, a fin de que puedan ser incluidas, con los recursos didácticos y de accesibilidad necesarios, en los circuitos de lugares arqueológicos ya existentes.

6. Caracterización, a través del análisis de la explotación y empleo de materiales lapídeos, el mayor o menos grado de integración de la provincia Bética en los circuitos económicos y administrativos del Imperio. Para ello será fundamental el establecimiento de las redes de intercambio científico a nivel internacional adecuadas, en este caso, fundamentalmente con colaboradores científicos italianos.

7. Caracterización de la importancia de la interacción entre ámbito rural, en la medida en la que será el emisor de las materias primas, y la materialización de su empleo en la ciudad.

8. En último caso, permite hacer historia socioeconómica, valoración de la exportación de los modelos metropolitanos a las provincias, así como la caracterización de la arquitectura y de los programas urbanos provinciales.

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