«La conquista y el saqueo de Roma por parte de los godos fue un shock psicológico tan grande que solo se puede comparar con el 11-S: el sentimiento de vulnerabilidad por parte de una potencia que se ve atacada en su propio corazón», asegura el historiador y escritor Santiago Castellanos
Fuente: Agencia EFE | YAHOO Noticias 25/03/2015
Corrupción, evasión fiscal, choque de religiones, inmigrantes intentando saltar fronteras…¿el siglo XXI?. No, estamos en el año 410, en la caída del imperio romano, donde Castellanos ambienta «Barbarus», una novela que nos descubre que ni los romanos eran tan romanos ni los godos tan godos.
Considerado una autoridad en la época tardo romana, Santiago Castellanos (Logroño, 1971), profesor titular de Historia Antigua en la Universidad de León, sintetiza, a través de una historia personal de ficción, la vida de los niños godos Eldes y Dago, uno de los episodios más decisivos de la Historia de Occidente: la entrada de los godos y el inicio del fin del Imperio romano en Occidente.
Desde la destrucción del pueblo en el que viven los dos niños, en lo que hoy sería Ucrania, Eldes y Dago viajarán hasta el Danubio, la frontera norte del imperio romano, desde donde tras sufrir las consecuencias de la corrupción militar, llegarán al corazón del imperio, a Roma, donde transcurrirán sus vidas.
Castellanos, cuya primera novela histórica «Martyrium» fue un éxito de ventas, decidió dar un enfoque completamente diferente a este período ya que «desde el lado de Roma es absolutamente mayoritario, tanto en las fuentes de documentación como en el de la literatura».
Uno de los peligros de la novela histórica es la ausencia de rigor, indica el profesor pero, advierte también de que éste tiene el riesgo de producir «verdaderos ladrillos». Por eso en su obra ha apostado por lo literario basado en el rigor científico: «Puedes escribir una novela histórica pero nunca puedes ir en contra de la lógica de la Historia», señala.
«Por supuesto que la crisis de Roma no es idéntica a la actual, son dos períodos históricos diferentes, pero hay elementos concomitantes entre las dos y podemos aprender al realizar esa comparación», recalca Castellanos.
«En el fin del imperio romano no hay un Lehman Brothers pero sí hay evasión fiscal, hay un choque de religiones, hay miles de inmigrantes que intentan cruzar el Danubio para llegar al Imperio, así como una clase media que fue la gran damnificada», recuerda.
«Los impuestos les machacaban, porque la clase baja no tenía medios para pagarlos y los nobles habían encontrado sus Sicabs. En esa época no había cuentas en Suiza, pero había almacenes de oro, que eran las Sicab de los poderosos, su forma de evadir impuestos», agrega.
Los tres pilares de la novela «Barbarus» son la crisis de Roma, los bárbaros y el cristianismo y en los tres el autor desmiente tópicos: «Ni Roma se fue al carajo por la molicie y la corrupción ni los bárbaros eran unos melenudos. Tampoco hubo un solo cristianismo en Roma, todo estaba negociado».
Los hechos históricos conviven en la novela con muertes y nacimientos, amor, violencia, actos heroicos y crueles venganzas, así como intrigas políticas en los que se ven mezclados los personajes creados por Castellanos, que ha querido relatar cómo los bárbaros no fueron sólo invasores, sino que también hubo integración.
También aborda la quiebra de determinados símbolos presente en todas las crisis, como la desaparición de los gladiadores, un síntoma de cambio cuando los obispos y la aristocracia cristiana se convierten en los nuevos poderes fácticos.
«Barbarus» acaba en agosto de 410 cuando entran los godos en Roma, una conquista en la que hay un pacto para que no se toquen las iglesias cristianas, en particular la de San Pedro, una de las causas de lo que habría sido, sostiene el autor, «el banderazo de salida del patrocinio político del cristianismo».